Hoy es 18 de septiembre, día de la indepencia de Chile, ese país largo como el pétalo de una margarita y con una loca geografía. En fín, ese país donde no me crié pero sí nací. De ahí, hago un brindis virtual por ese Chile sufridor y luchador, ese país que muchas veces no comprendo, pero que también es mío. Desde mi otra cuna nunca hemos dejado de verlo, desde mi otra cuna nunca hemos dejado de escucharlo, nunca lo hemos olvidado. Desde Gran Canaria, Chile, en vez de Venezuela, ha sido mi Octava Isla. Y es que, a pesar de Pinochet, Ayende sigue vivo, igual que Gabriela Mistral y el amor lleno de astros de Pablo Neruda.
Por eso, hago un brindis virtual por Chile y sus gentes, también las mías a pesar de las distancias y tanto desconocimiento. Un brindis con un buen tinto de parras de Concepción, acompañado de unas empanadas y, si fuera posible, unas 'humitas', de las que aún, después de 36 años, recuerdo el sabor.
¡Viva C-H-I-L-E!
Por supuesto que no me olvido de opinar: Piñera, respeta a los estudiantes y a los profesores. La educación es una inversión. Perece mentira que seas un hombre de negocios. Demostrado está que los businessmen no se deben dedicar a la política, pues de eso no saben. Menos banderas de Chile en las minas y más pagar a los mineros y hacer que se cumplan sus derechos, por ejemplo.
Una cueca para todos.
No me hace gracia ver en los telediarios españoles cómo apalean a diestro y sinietro a los jóvenes que tan sólo luchan por su derecho a una educación gratuita y digna.
Un brindis por mi octava isla, por esa isla loca donde el 11-S es fecha nefasta desde 1973. Ya existía esta fecha en la historia mucho antes del 2001, aunque muchos sí que lo hayan olvidado.
¡Salud por Chile y por Concepción!
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