martes, 24 de enero de 2012

YO OPINO...SOBRE VOLAR EN AVIÓN Y DEMÁS...

Siempre que viajo en avión me pregunto a qué viene tanta modernidad: ¡volamos por los aires como seres superiores al resto!
La madre Naturaleza no nos dio alas vivas de plumas y colores y, por ello, nosotros nos hemos inventado unas de metal. Eso sí, no volamos uno a uno como aves mensajeras. No, aprovechamos y nos juntamos en el pájaro de hierro cien, doscientas o trescientos pasajeros juntos. Entre filas de asientos, muchas ventanitas y un pasillo largo, largo aparecen bellas azafatas y hermosos azafatos, todos ellos super bien aseados, pulcros, cuasi puros podría decirse. Nos dan instrucciones de dónde está y cómo usar el chaleco salvavidas, nos señalan, brazos abiertos en cruz, dónde se encuentran las salidas de emergencia, nos sonríen casi siempre y, de repente, en pleno vuelo salen con un carrito(que apenas cabe en el 'corridor') a vendernos todo tipo de aperitivos, bocadillos y platos precocinados.
¡Es en ese preciso momento cuando me viene a la cabeza, cual recuerdo recurrente, la pregunta hiper-trascendental que sigue sin dejarme dormir desde hace una década:
- ¿No se pueden inventar un sistema de cobro menos cutre que el que tienen?
Si nos ponemos a observar y a analizar sus modernas cajas registradoras: ¡un vaso de plástico trasparente, de esos de asaderos en el monte, donde mezclan monedas con billetes enrollados!
A continuación te ves a la elegante azafata intentando cazar con los dedos 37 céntimos que te tiene que devolver. Y, de inmediato:
- Le debo 30 céntimos. Si no le importa, dentro de un rato se los devuelvo, que ahora no tengo cambio-, te dice ella con una brillante sonrisa.
Y así sigues dándole vueltas al asunto, sobre todo para entretenerte y no pensar en los recortes sociales, en la disminución de sueldos, en las jubilaciones multimillonarias de los banqueros, en el yerno del Rey y sus amigos, Haití, el Chávez venezolano, en Fraga, el la justicia y Marta del Castillo, en Gürtel, las escuchas y el juez Garzón!
Me centro, pienso en el avión y en que cuando ando por los aires, consumo, tomo un café con leche y nunca me dan un tiquet que justifique que ha pagado lo que me han servido. ¡Será porque no hay sofisticación suficiente ni inteligencia que pueda inventar una caja registradora para los aviones!

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