jueves, 4 de noviembre de 2010

EL AGUA QUE NO TRIUNFÓ

La ola la arrastró a velocidad de vértigo, se encogió como una cochinilla, se le taponaron los oídos y se atragantó. Pensó en no perder los nervios, y no los perdió. Media hora después, la rescataron tirándola del pelo. Ella, con un sabor salado en la boca.

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